Discurso del 15 de Septiembre, 2014
Rosiangela Escamilla – Unión del Barrio
“En 1492, la armadura colonial piso la tierra de este, nuestro continente, para dejarnos un legado de despojo, una religión ajena y brutal a la naturaleza de los pueblos y civilizaciones originarias. Los poderes europeos se repartieron el continente y lo dividieron, enriqueciendo así sus imperios sobre el planeta.

Nosotros somos los descendientes de esta violencia colonial, de esta invasión europea cuyo legado cultural y económico puso a la tierra al servicio del hombre y al capital.

Pero estos gachupines no contaron con que sus hijos criollos querrían después para sí solos la riqueza del continente. Aunque las guerras independentistas lograron sacar a los virreinatos de América, no lograron descolonizar a las naciones que iban a parir de la rebelión.

Pero, porque ver con ojos críticos una fecha y un acto aparentemente emancipatorio? Las naciones liberales simplemente argumentaron una soberanía nacional, pero no repartieron los recursos de la nación. Los recursos nacionales no fueron destinados al pueblo, si no que las elites criollas siguieron enriqueciéndose, y siguieron creciendo sus fortunas con trabajo ajeno, con nuestro trabajo.

El que México nace y se vuelve país soberano con el grito de Dolores un 16 de Septiembre de 1810, no cambio el sistema de explotación económico colonial. Siguieron siendo indios y negros en México trabajando para la minoría criolla y blanca.
Para el pueblo de México la independencia no erradico la dependencia cultural, la dependencia económica, y mucho menos la dependencia religiosa.

Quedo intacta una ideología: aun colonial, aun racista, aun clasista, aun sexista, y México siguió siendo una sociedad desigual, explotadora, y que beneficia solo a las elites, a la burguesía nacional, que reino después y que aún sigue heredándose el poder desde entonces. Algo que la Revolución Mexicana tampoco pudo cambiar.

Hace tres años en México, el ladrón en turno tuvo que protegerse con altas vallas para que el pueblo no le arrojara piedras y no le regresara el desprecio. Ha puesto en venta, con reforma energética y petrolera, los últimos recursos nacionales. Esta tierra misma fue vendida a punto de escopeta, y nosotros tenemos memoria de eso. A partir del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848, documento que legalizo el robo territorial del Suroeste estadounidense, la explotación de tierra, medio ambiente y mano de obra se ha intensificado en Nuestra América.

Antes de morir por una bala enemiga, José Martí supo decirnos que la sed de Goliat era inacabable. También en sus escritos, el poeta de la Martinica, Aimé Cesaire, nos alarmo que la barbarie europea seria reemplazada, después de la segunda guerra mundial, por una más brutal y con la mentira aun más sofisticada. Porque la violencia y el terror militar que este país ha impuesto en nuestras vidas y sobre todo a la tierra viene precisamente del gobierno estadounidense.

A nosotros nos queda vivir en plena barbarie estadounidense, en la decadencia intelectual que solo una violencia desatada por el aparato estatal puede legalizar y volverla cosa de todos los días, volverla ley. Hoy vivimos en la barbarie, en pleno colapso de la sensibilidad humana, es decir, vivimos en un monstruo que nos niega no solo una vida digna, si no que nos animaliza constantemente.

Las miles de muertes en la frontera, ya sean en el desierto o en las manos asesinas o por las balas de la patrulla fronteriza, atestan que solo son capaces de vernos como animales de carga, revelando así que los animales son ellos. Han sido millones de dólares los que nos han robado de nuestra capacidad productiva, miles de alimentos en sus infinitas despensas que han sido cultivadas por nuestras manos, miles los carros pulidos para que brillen impunemente a costa de nuestra dignidad humana.

No hay plato servido en este imperio sin esfuerzo nuestro. No hay fruta, verdura, objeto de consumo, comida exótica del lugar más remoto del mundo que les llegue al paladar sin haber pasado antes por nuestro esfuerzo descomunal. Los invisibles, los marginados, los despreciados, los desposeídos, los que falsamente y cínicamente llaman migrantes, somos los condenados de este imperio.

Siendo originarios de aquí, siendo de esta tierra robada, siendo más americanos que su falso sueño enajenante. Para nosotros, su sueño, realmente ha sido una pesadilla.

Sin embargo, nosotros estamos parados aquí en este corazón libre de América, en este histórico Parque Chicano, precisamente porque no sufrimos de amnesia histórica. Estamos vivos precisamente por nuestra memoria, porque en este día, y todos los días nos enfrentarnos dignamente al olvido sistemático que nos intentan imponer esta forzada plantación moderna.

La máscara con que ellos distorsionan la historia, hace mucho que nos la arrancamos, y hemos aprendido a ver con ojos vivos, con ojos sin miedo, con ojos libres y resueltos a decirles que: es mentira que seamos migrantes, es mentira que nos hacen el favor, que es mentira que aprecian nuestra cultura, que es mentira su democracia liberal, que es mentira su culto al esfuerzo, que es mentira que esa frontera impuesta a veinte millas de aquí, como también es mentira que siempre estará ahí.

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Hace dos años la patrulla fronteriza asesino a una mujer, a una madre de 5 niños, y ese asesino sigue libre. Porque lo protegen precisamente la democracia liberal, y su aparato de mentiras que legalizan toda violencia colonial . Quisiera rendirle memoria a Valeria Tachiquin Alvarado, en este día en que nos hacemos juntos en la historia, en este día de lucha que solo el júbilo del pueblo hace posible. Como la Siempreviva , Valeria. Estas y estarás como la siempreviva Valeria.

Tu muerte, la herida que por siempre llevaran tus hijos, tu ausencia material la sentirán y se dolerán de ella, en ella, todos los días que les queda de vida a tus hijos. Pero, muchas veces, una muerte, o quiero decir todas las muertes, solo se consuman en el olvido.

Y para ti, no hay ni habrá olvido. Ni olvido, ni apatía, ni injusticia.

Solo la siempreviva nos dejas Valeria.

Tu rabia, la rabia de tu padre y de tu madre, la rabia de tu compañero, padre de tus hijos, esa rabia esta más que viva, pues está viva en la rabia de todos y todas los que llevamos tu recuerdo. Un recuerdo, que más que un recuerdo catalogado en un pasado, es una denuncia, es una larga denuncia que todos y todas venimos cargando desde hace mucho, y que solo se incendia con tu recuerdo Valeria, y por eso estas como la siempreviva, Valeria.

Eres, como lo dijo en su momento el compañero de lucha Roque Dalton, también asesinado por el mismo imperio, por el mismo odio que ha odiado tanto a la vida de todos nosotros que no le robamos nada a nadie:
Eres poesía de lucha, de rabia, de aire, de sol, de dignidad, de la justicia que viene en camino porque la vamos a caminar.

Estas viva sin estarlo, porque no te dejaremos morir jamás. Como la siempre viva Valeria porque vives en nuestra lucha.

Así como también (vive con nosotros) la lucha de todos los que pelearon por la dignidad de un pueblo libre en su momento.
Por eso, acompáñenme con los vivas.

¡Que viva Miguel Hidalgo y Costilla!
¡Que viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Que viva María Morelos y Pavón!
¡Que viva Leona Vicario!
¡Que viva Juan Ignacio Aldama!
¡Que vivan también nuestros revolucionarios!
¡Que viva Emiliano Zapata!
¡Que viva Francisco Villa!
¡Que viva el gran compañero nuestro, Ernesto ‘Che’ Guevara!
¡Que viva el gran hombre de enorme ternura que ha amado a todos nuestros pueblos de America Latina, el compañero Fidel!
¡Que viva la compañera del suroeste mexicano, la grande e inmensa Comandanta Ramona!
¡Que viva México!
¡Que viva el Parque Chicano!
¡Que viva nuestra bella lucha!
¡Que viva Ernesto Bustillos!