La gran mayoría de nuestra gente es de clase trabajadora y, por lo tanto, es imposible que nos consideremos una organización capaz de proporcionar liderazgo dentro de nuestras comunidades sin proporcionar liderazgo dentro de la lucha organizada de la clase trabajadora. Dentro de las fronteras actuales de los Estados Unidos, es nuestra fuerza laboral que forma la base económica sobre la cual se genera la riqueza dentro de cada ciudad y estado de este país. Sin excepción, nuestra gente forma la mayoría de las trabajadoras y trabajadores dentro de los grupos más explotados. Las pocas grandes industrias que quedan en este país sobreviven gracias a la riqueza generada por nuestro poder laboral y, sin embargo, nuestro poder político colectivo sigue siendo relativamente insignificante ya que ambos partidos políticos (Demócratas o Republicanos) se turnan para reprimir o ignorar nuestros intereses. Históricamente, los sindicatos no han hecho lo suficiente para defender nuestros intereses, y hay demasiados casos de sindicatos que realmente se unen con la clase dominante en sus ataques contra nuestras comunidades. Por lo tanto, debemos desarrollar la capacidad de articular, promover y defender independientemente nuestros intereses de clase tanto dentro de los sindicatos existentes como directamente dentro de nuestras comunidades. Además, cuando sea posible y necesario, deberíamos trabajar para organizar nuestros propios sindicatos independientes, alineados con las luchas laborales de Nuestra América.
“Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de lucha de clases.”
– Karl Marx