El Trumpismo 2016: Desenmascarando El Imperio En Crisis

¡No se deje vencer por el miedo, ni se debe lamentar la crisis trumpista del imperialismo!

Compañeras y compañeros, no corran ni se escondan de este giro absurdo de los acontecimientos. Para comenzar, no olviden que Hillary Rodham Clinton (HRC) nunca fue nuestra campeona, y la oficina ovalada no es el centro de nuestro poder político. En su lugar, piensen en cómo la victoria de Trump representa una profunda crisis del imperialismo…

Durante ocho años luchamos para exponer al gobierno de Obama y al Partido Demócrata como una poderosísima fuerza, con la clara intención de defender los pilares del imperio neoliberal – la codicia corporativa, la Asociación Transpacífica (TPP), las deportaciones masivas, la vigilancia masiva, la guerra perpetua global, las ejecuciones extrajudiciales (drones, terror policial / migra), apoyo internacional a golpes militares y la hipocresía liberal generalizada. Muchas personas progresistas y bien intencionadas rechazaron nuestras formas de lucha, optando por formas menos conflictivas o menos exigentes de compromiso político, políticas individualistas, medios sociales / activismo autónomo, etc.

En el plano interno, Obama no era un obvio supremacista blanco, sino que se consideraba un amigo de la “Gente de Color” (“P.O.C.” por su sigla en inglés), de la gente LGBT, e incluso nombró a una mujer Boricua, Sonia Sotomayor, a la Corte Suprema. A toda vista, seguía siendo un belicista cruel, que deportó a millones de personas, pero estas cosas se hicieron con un “toque más ligero” (como ejemplo la Acción Diferida por Llegar desde La Niñes-DACA). Durante un tiempo, fue posible para los liberales creer que, debido a que Obama y su familia son negros e hizo discursos convincentes sobre la igualdad y la esperanza, tal vez la reforma del neoliberalismo estadounidense en un imperio multicultural global era posible – ese neoliberalismo global prometía ser diverso, y que él, el primer presidente Negro, podría hacerlo funcionar en beneficio de muchos.

La campaña de Hillary Rodham Clinton no hizo ningún secreto de la intención de no sólo continuar, sino que de perfeccionar, este modelo multicultural de poder global neoliberal. Hillary Clinton, como la primera mujer presidenta de los Estados Unidos, sería la continuación perfecta del “legado de Obama”. Por supuesto, no hay evidencia alguna que sugiera que la elección de HRC hubiese cambiado fundamentalmente la situación político/económica/social y ambiental a los que se enfrenta la gran mayoría de las personas que viven dentro y fuera de las fronteras políticas de los Estados Unidos. Todo lo contrario, la campaña de HRC apuntaba hacia la necesidad de que el próximo presidente de los Estados Unidos continúe con el robo de recursos humanos de todo el mundo para mantener el sistema económico capitalista-neoliberal fundado y nutrido por el imperialismo estadounidense. Después de todo, HRC, al igual que Obama, asistió a los centros elite de aprendizaje de Estados Unidos, donde se enseñan estos modelos neoliberales de imperio global. Durante décadas, HRC y su esposo habían servido como principales defensores / agentes del neoliberalismo estadounidense (es decir, NAFTA), y su candidatura para 2016 fue apoyada en un 100% por la clase dominante de Estados Unidos, incluyendo a muchos poderosos republicanos. Todo estaba en su lugar para la inevitable transferencia de poder de Obama a HRC, pero en cambio, HRC perdió las elecciones con Donald J. Trump, el bufón naranja del poder blanco. Este resultado inesperado ha llevado al imperialismo estadounidense a una grave crisis.

Hillary intentó expandir un imperio neoliberal multicultural, Trump, por su lado, canalizó exitosamente el supremacía blanca de la vieja escuela y los impulsos misóginos del imperialismo estadounidense. Trump verbalizó agresivamente la supremacía blanca desde el primer día de su campaña, cuando el 6 de junio de 2015 hizo su infame discurso sobre violadores y criminales mexicanos. El odio anti-mexicano se convirtió en un mantra trumpista – “Construir el muro-Construir el muro-Construir el muro…” Trump “el anti-mexicano” inmediatamente surgió en las encuestas, porque la gente blanca apreció cómo “habló la verdad” acerca de nuestro pueblo. Trump entonces atacó a los árabes, y el amor trumpista se intensificó alrededor de cómo él está dispuesto a decir “lo que todos estamos pensando, pero no lo podemos hacer público debido a lo ‘políticamente correcto’”.

Supremacía blanca y patriarcado son ambos gritos populares en concentraciones y reuniones políticas e históricamente son bases fundamentales del imperialismo estadounidense. Los partidarios de Trump denuncian la dirección actual del sistema político y económico de los EEUU, no porque rechazan el imperialismo de los EEUU, no, sino que intentan “hacer América grande otra vez” – para volver a la época en que el imperialismo de los EEUU servía para avanzar los intereses materiales de la supremacía blanca. Una y otra vez, la historia muestra cómo la supremacía blanca “trumps” otras formas de identidad en los Estados Unidos. Por eso los Trumpistas odian intensamente a Obama y HRC, y por eso salieron en masa a apoyar a Trump:

  • La supremacía blanca le ganó al interés de clase: el 67% de los blancos apoyaban a Trump “billonario del 1%”.
  • La supremacía blanca le ganó a la diversidad racial: el 58% de los blancos apoyaban a Trump “el xenofóbico abiertamente racista”.
  • La supremacía blanca le ganó al género: el 53% de las mujeres blancas apoyaban al Trump el “misógino predador sexual”.
  • La supremacía blanca le ganó al fanatismo religioso – el 81% de los evangélicos apoyaron al Trump el “filántrofe degenerado”.
  • La supremacía blanca le ganó al “constitucionalismo”: el 61% de los veteranos militares apoyaron al Trump el “demagogo autoritario”.
  • La supremacía blanca le ganó a la educación – el 49% de los graduados universitarios blancos apoyaron a Trump el “anti intelectual”.

Fue la supremacía blanca la que hizo ganar a Donald Trump la presidencia. Así que cuando los partidarios liberales de HRC denuncian a la Raza y los negros como responsables de la victoria presidencial de Trump, recuérdenles estas estadísticas y les aconsejan que lo mejor que pueden hacer es ir a organizarse en la comunidad blanca, en lugar de sermonearnos acerca de lo que tenemos que hacer ahora en nuestros barrios, avanzando en esta nueva era del Trumpismo.

Previendo esta elección, todas las encuestas estaban completamente equivocadas porque los medios de comunicación de masas y su compromiso inquebrantable de reproducir los valores neoliberales no tienen las herramientas de sondeo necesarias para cuantificar el imperialismo ni la supremacía blanca. No tenían ni idea de que Trump estaba ganando, e incluso ahora, después de que todo se desarrollara frente a sus ojos, los llamados comentaristas políticos dicen que todavía están completamente desconcertados de cómo pudieron haber pronosticado las elecciones de forma tan equivocada. De hecho, la supremacía blanca tiene dificultades para mirarse en el espejo.

El 8 de noviembre de 2016, hubo un desenmascaramiento nacional de los Estados Unidos, de Obama y Hillary, y aprendimos lo que ya sabíamos: no existe un imperialismo sostenible, multicultural y reformable. El imperialismo estadounidense debe su existencia al genocidio de los pueblos indígenas, al robo de tierras y recursos indígenas, a la esclavitud / robo del trabajo a los africano y a la premisa del expansionismo bajo la ridícula aseveración de la intervención divina para colonizar la tierra y conquistar a la gente bajo la doctrina de “American Exceptionalism” (antes conocido como Destino Manifiesto). Donald J. Trump es el rostro crudo y desenmascarado de la avaricia corporativa, TLC, deportaciones masivas, vigilancia masiva, guerra global perpetua y ejecuciones extrajudiciales (drones, terror policial-migratorio). Trump representa el legado histórico de los EE.UU., y su cara es la verdadera cara del Imperio Americano.

La importancia de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016 es que esta cara usualmente oculta ha sido desenmascarada. Trump señala un retorno a una versión anterior del capitalismo del poder blanco – “Haciendo a América Grande de Nuevo” – una promesa de gobernar los EE.UU. abiertamente y tan viciosamente como lo ha hecho desde su creación. Si algo es también cierto, ahora debe quedar perfectamente claro que este sistema de poder político nunca fue diseñado para defender los intereses de los pueblos indígenas / raza, africanos, asiáticos, árabes u otros colonizados. Ahora es más visible porque el capitalismo parasitario del poder blanco ha entrado en una etapa de grave crisis y ha arrojado esta crisis a las espaldas de los trabajadores pobres de todo el mundo.

Los imperios son más peligrosos cuando están heridos, cuando sus ideales e instituciones se ven comprometidos o destrozados, y cuando su sistema económico está en crisis. Sin embargo, Estados Unidos y su sistema capitalista ha demostrado una resistencia excepcional. En muchas ocasiones en el pasado ha surgido de múltiples crisis, triunfante y empoderada, porque tal es la naturaleza del imperio. Puede auto-degradarse para luego recuperar fuerzas. Su crisis no se convertirá en nuestra victoria hasta que construyamos un movimiento con suficiente fuerza política para de una vez por todas liberar a nuestro pueblo de la opresión.

Los apologistas del imperio y los que se aferran a la noción ahora resurgente de la supremacía blanca dirán que Trump como presidente de los Estados Unidos significa una divergencia única y no representa un problema sistémico. Sugieren que al deshacerse de Trump, y elegir a otro demócrata hará las cosas mejor. Debemos entender que el Trumpismo supremacista blanco sigue siendo el imperialismo estadounidense. El neoliberalismo Obama / HRC es también imperialismo estadounidense. Ambos son manifestaciones del imperialismo y del capitalismo de los Estados Unidos; la opresión por cualquier otro nombre sigue siendo opresión, y el colonialismo con cualquier otro rostro sigue siendo el colonialismo. Siempre hemos afirmado que los partidos republicano y demócrata son representantes de la misma clase dominante, por lo tanto sus intereses consisten en mantener el control de la riqueza producida por los trabajadores pobres, aquí y alrededor del mundo. Obama no cambió este hecho, Hillary no lo habría hecho, y Trump definitivamente tampoco.

¿Qué sigue?

El 3 de octubre compartimos una cita que ilustra el circo electoral al que hemos estado expuestos en los últimos 15 años:

“¡Ni Republicanos, Ni Demócratas-Sólo el Pueblo Organizado Vencerá”.

El verdadero cambio va a ocurrir cuando sea sostenido por una política militante, de personas comprometidas capaces de colectivizar nuestra lucha por la dignidad, justicia y la auto-determinación. Debemos tener nuestra propia agenda política. Deberemos de tener nuestras propias instituciones bajo nuestros términos e intereses.

Ciertamente el triunfo de Trump no puede ni debe ser el fin de nuestra lucha por la auto-determinación, por la justicia y la dignidad, sentirnos vencidos; todo lo contrario, nuestra lucha debe intensificarse y no desvariar. Estamos en la época durante la cual el imperio atraviesa una crisis económica. Este es el tiempo durante el cual la estrategia de la guerra eterna ha fracasado, pero sigue siendo la única estrategia del imperio para saquear los recursos de otros pueblos alrededor del mundo.

La elección de Donald J. Trump a la presidencia de EEUU confirma lo que Unión del Barrio ha dicho por los últimos 35 años. Tenemos que construir un poder político propio capaz de contender con el sistema mismo. Viendo hacia el futuro, que quede claro que los demócratas bajo Obama no representaron los intereses de nuestro pueblo, no defendieron nuestras comunidades de “la amenaza Trumpista”. Al contrario, Obama nos comprueba que las deportaciones masivas son un punto central para las estrategias de ambos partidos, el Demócrata y los Trumpistas, en tratar de ganar el “Voto Latino”. Nunca hay que olvidar que al concluir el segundo mandato de Obama las deportaciones van a llegar a más de los 3 millones de personas.

Este es el momento cuando nuestras comunidades están bajo amenaza-con las redadas, perseguidos y deportados por una de las campañas más siniestras que el imperio ha implementado dentro de sus fronteras. Este es el tiempo en el cual el muro de la muerte se ha construido en las tierras fronterizas, como un monumento del imperio con la meta de reafirmar el despojo de nuestro territorio. Ese terrible monumento no sólo destruye comunidades, divide pueblos, hiere a nuestra memoria colectiva y asesina con impunidad. Este es un periodo de tiempo para los poderosos.

En contraste a su crisis, nosotros ofrecemos nuestro compromiso a luchar, nuestra intensión a ser libres y la esperanza de un mejor mañana. Durante ésta crisis de los poderosos, debemos alcanzar el momento histórico y transformar su crisis en una victoria para nosotros, su debilidad en nuestro triunfo, su desesperación, en energía hacia el paso constante de nuestro avance. El cambio llega cuando nosotros los perseguidos, explotados, encarcelados, marginados y despojados podamos pararnos juntos y decir, ¡Ya Basta!, y así demostrar nuestra capacidad de resistir.

Nuestra tarea inmediata es de organizarnos en cada comunidad, en cada escuela, en cada campo, en cada fábrica, hotel, prisión y cualquier lugar en el que nos encontremos. A los trabajadores, apoyen los esfuerzos para construir un sindicato y asociaciones independientes en cada lugar de trabajo, libre de ICE y de la intimidación de los jefes. La lucha de las mujeres por la igualdad y la inclusión en la sociedad, el combate a toda forma de violencia de género, debe ser un punto central para nuestro cambio. A la gente LGBTQ, nuestra lucha es también defender tu humanidad.

A los jóvenes que hoy viven bajo el estatus de DACA: ustedes ya conocen esta lucha, y no deben temerlo, hay que luchar porque no pueden entregarse al miedo. Sepan ustedes que Unión del Barrio esta contigo, y defenderemos a nuestras comunidades hasta las ultimas consecuencias. ¡Esta es Nuestra Tierra – Esta es Nuestra Lucha! A nuestras hermanas y hermanos en Standing Rock – igual estaremos siempre con ustedes.

A los educadores-la lucha por crear conciencia de clase-la concientización en el salón de clase, a pesar de recortes criminales es parte de nuestra lucha. La lucha de los estudiantes por la educación, cultura y la participación política es también nuestra lucha. La lucha por una educación relevante y acceso a la educación superior en el cambio real. La lucha por los derechos humanos por organizaciones con base en la comunidad que documentan la brutalidad de la migra y la policía y que se han organizado para ser comunidades libres de la migra es el cambio que necesitamos. A quienes trabajan para organizaciones sin fines de lucro su lucha debe ser para facilitar las herramientas y los recursos necesarios para organizaciones independientes que están construyendo un movimiento desde abajo y hacia la izquierda, y no someterse al complejo de las organizaciones que paralizan el avance de los movimientos, esto es lo que necesitamos, que nos ayuden a construir.

A los intelectuales y los que están en la academia- su lucha es la de generar ideas, escribir nuestra historia y analizar las condiciones sociales, a pesar de las restricciones, de la burocracia, los recortes presupuestales y la represión intelectual- su lucha es el cambio que debe venir. Para los artistas y trabajadores culturales, los muralistas, pintores, la música instrumental, la poesía y la palabra escrita, la flor y canto, y a quienes contribuyen a la creatividad cultural este es el cambio que queremos ver. A los que defienden el medio ambiente, quienes luchan contra la degradación ambiental, la contaminación, los derechos por la salud, comunidades libres de tóxicos ustedes son el cambio que queremos. En el momento en que transcendamos esfuerzos esporádicos y nos unamos en pensamiento, organización, y acción ese día será el día en que nuestra lucha triunfará.

A los militantes de Unión del Barrio- ¡manténganse enfocados camaradas! Estamos rodeados por la locura del momento. Tomen el tiempo de reflexionar de cómo hoy más que nunca lo único que parece lógico, racional y con un sentido de propósito es una vida comprometida a la lucha. Gracias por su sacrificio. A quienes no son miembros de UdB les necesitamos-¡únanse!

También tenemos un mensaje para los Trumpistas y por si quisieran dirigir algún tipo de agresión contra nosotros y nuestras comunidades. Sepan que estamos organizados y que no vamos a tolerar ninguna agresión contra nuestra comunidad. Nosotros vamos a resistir, nos vamos a defender, de cualquier forma que sea necesaria.

Vamos a unirnos por la auto-determinación de todos los oprimidos. Este es nuestro momento y cuando nos unamos como clase trabajadora nuestra lucha será un faro de lucha anti-imperialista y anti-colonial. Cuando esto ocurra entonces el cambio será posible. Nuestra lucha no está basada en una falsa esperanza o en bellas consignas por un mejor futuro, está basada en la necesidad de que nuestro pueblo se organice, unidos en pensamiento y acción, para asegurar que juntos construyamos una mejor comunidad, una mejor sociedad y un mundo mejor.

¡Concientización! ¡Organización! ¡Acción! ¡Liberación!

Comité Central, Unión del Barrio

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