En la lucha política, el individualismo es un rasgo egoísta burgués. Debemos hacer conocer los defectos y las contradicciones a los que proclaman ser activos en la lucha política sin tener que responder a una organización. Luchamos contra el liberalismo, que en nuestro movimiento se manifiesta en lucha sin principios y por ende es la política del oportunismo. El liberalismo proviene del egoísmo, y sobrepone los intereses personales sobre los intereses del colectivo del movimiento. Unión del Barrio reconoce y empeña el uso de la crítica y la auto-crítica constructiva, como instrumento para identificar nuestras debilidades y defectos. Debemos unirnos al principio de la toma de decisión colectiva dentro de nuestra organización, y en nuestro trabajo cotidiano, es por esta razón nos organizamos bajo el principio del Centralismo Democrático como instrumento por construir un partido obrero por la Liberación Nacional y el Socialismo. Solamente a través del Centralismo Democrático podemos obtener la unidad práctica, organizativa, e ideológica.
Es de suma importancia que todas las fuerzas de liberación del pueblo establezcan líneas de comunicación y relaciones de trabajo con principios. Sin éste tipo de establecimiento de una red y de coaliciones estamos perdiendo recursos, duplicando trabajo, y perdiendo oportunidades para tratar con eficacia las cuestiones apremiantes en una manera colectiva, o desde una posición de fuerza. Mientras que las organizaciones del pueblo mantienen diversas estrategias y tácticas, es esencial que nos presentemos con la madurez política para hacer a un lado las contradicciones de menor importancia y trabajar juntos, especialmente cuando los ataques son de tal intensidad que nuestra falta de respuesta colectiva significa más victorias para nuestros enemigos que resulta en más opresión de nuestra gente. Dentro del trabajo de coalición, es sumamente importante que se establezcan principios de unidad. Cuando es necesario trabajar con organizaciones que representan otros movimientos, el resultado del trabajo de la coalición debe basarse en objetivos concretos, respeto mutuo, asociación de principios, y el reconocimiento de la autonomía de cada uno y el derecho de determinar el carácter y el contenido de nuestras propias luchas.
Ya que para alcanzar la unidad requiere de compromisos, es necesario para nosotros y otras fuerzas revolucionarias de acercarse a cualquier relación con un entendimiento claro y científico basado en el hecho de que nuestra meta fundamental no es por los derechos civiles o reformas, pero para el fin del imperialismo, y e l avance de la auto-determinación del pueblo.
Por muchos años los mexicanos y las mexicanas han sido una mayoría de la población en numerosas áreas de Aztlán/México Ocupado. Incluyendo a La Raza de Centro y Suramérica; actualmente sumamos más de 50 millones de personas dentro de las fronteras políticas actuales de los Estados Unidos. Aun con estos números, nuestra condición política actual nos obliga a existir en un estado de impotencia. Como Revolucionarios/as Nacionalistas e Internacionalistas, es nuestra intención de liberar a nuestro pueblo del terror y de la opresión, y por lo tanto debemos integrar a cada sector progresista de nuestra comunidad en la lucha por la auto determinación. Solamente con un pueblo organizado, movilizado, y consciente podremos desarrollar el poder necesario para lograr nuestra liberación. Un aspecto crítico sobre este punto es la necesidad de dirigir la energía y los recursos de nuestro pueblo hacia un partido político disciplinado y revolucionario.
¡Concientización, Organización, Acción, Liberación!