Reconocemos y mantenemos el derecho a la auto-determinación de todas las naciones indígenas de las Américas. Nuestra América a sido sujeta a la violencia genocida, el robo y la esclavitud impuesta por el colonialismo Europeo, el imperialismo Estadounidense, y el neoliberalismo global. Compartimos una misma historia, lucha y destino. El principio de la auto-determinación de todos los pueblos indígenas a lo largo de Nuestra América será necesario para anular toda manifestación de opresión impuesto por el colonialismo, el imperialismo y el neoliberalismo. Entendemos que la liberación de La Raza dentro de las actuales fronteras de EEUU deberá estar ligada a los movimientos de liberación de todos los pueblos indígenas y naciones Latinoamericanas.

El pueblo Mexicano, como habitantes indígenas de este continente y de lo que actualmente se llama el suroeste de los Estados Unidos, es victima del estado ilegal que se asentó sobre nuestro pueblo. Lo que en el presente es conocido como el suroeste de los EEUU constituye una colonia norteamericana, y es una nación colonizadora, asentada ilegalmente, la cual la reconocemos como una extensión del colonialismo europeo. Los Estados Unidos financiaron y dirigieron la rebelión colonizadora Anglo en Tejas en 1836, que preparó el escenario para una guerra de agresión de los Estados Unidos en 1846-1848. Esta guerra resultó en la ocupación de la mitad norte de México. Esta guerra nos impuso la posición de una nación conquistada, y desde entonces millones de personas han sido víctimas de los colonos racistas anglosajones que ejercen su poder individual, estatal y económico con la esperanza de mantener nuestra condición de serviles. Por eso, en los Estados Unidos, el sistema político se basó en este principio: diseñado para explotar nuestro trabajo, mantener un número desproporcionado de personas en las cárceles, estereotiparnos a través de los medios de comunicación, falsificar nuestra historia, negarnos una educación relevante y productiva y militarizar la frontera para mantener alejadas a las mismas personas de las cuales Aztlan/México Ocupado fue robado. Esta relación histórica se sostiene a través de una campaña en curso de terrorismo de estado (migra, policía, etc.) y la expresión abierta y violenta del racismo por parte de los reaccionarios de la población nacionalista blanca de los Estados Unidos.

Todas estas son manifestaciones directas del colonialismo, pero debemos entender que también estamos sujetos a las contradicciones del neocolonialismo. Unión del Barrio es consciente de las tácticas neocolonialistas actuales del opresor, que incluyen el uso de nuestro propio pueblo contra nosotros. Los neocolonialistas son lacayos títeres, nombrados o autonombrados, que generalmente obtienen apoyo financiero del sistema colonial. El rol principal del neocolonialista es confundir a la gran cantidad de la raza para que piensen que estamos progresando dentro del sistema político actual, y que podemos lograr el éxito individual si solo nos comprometemos con el imperialismo estadounidense. Esta es una estratagema que es fundamental para la táctica de colonización clásica de dividir y conquistar. En lugar de concentrar nuestra energía en derrocar al imperialismo, esta táctica nos enfrenta a los oportunistas de nuestro tipo y/o redirige nuestra atención a la desconfianza de otras nacionalidades oprimidas. El sistema político y económico existente continúa relativamente sin ser desafiado, mientras que las personas oprimidas dentro de los Estados Unidos luchan perpetuamente entre sí por las migajas de los mendigos, las pequeñas concesiones y las posturas simbólicas del poder neocolonial.